Nacido el 28 de noviembre de 1895 en Ascoli Satriano, un pequeño municipio de la provincia italiana de Foggia, Oreste fue el noveno de once hermanos en una familia humilde, pero con sensibilidad artística. Su infancia, marcada por limitaciones económicas, transcurrió entre Ascoli y Foggia, donde desde muy temprana edad mostró un talento natural para la música, especialmente para el canto, siendo su primer maestro su propio padre.
A los once años, ingresó en la Compagnia Lirica Lillipuziana della Città di Roma, una compañía operística infantil conocida por representar óperas en formato reducido con niños y niñas como protagonistas. Durante años recorrió Europa y el norte de África interpretando papeles protagonistas como Turiddu (Cavalleria Rusticana), Alfredo (La Traviata) o Rodolfo (La Bohème), dejando asombrado al público con su talento precoz.
Durante una de sus actuaciones en Santiago de Compostela, en 1910, llamó la atención del arquitecto municipal Manuel Hernández y Álvarez Reyero, quien, impresionado por su voz y presencia escénica, obtuvo el consentimiento de su madre para hacerse cargo de su educación. Así comenzó una relación tutelar y afectiva que marcaría profundamente la vida de Oreste. Bajo el patrocinio de su padrino, estudió música con grandes maestros como Melchor Sáez, Mateo Alba Rodríguez, y José María Gálvez en ciudades como Cáceres, Sanlúcar y Cádiz.
La sólida formación técnica que recibió le permitió desarrollar un estilo compositivo propio. Desde Cádiz compuso sus primeras piezas dedicadas a su padrino, y años después su vocación pedagógica le llevaría a impartir clases de solfeo, armonía e italiano. Fue en Cádiz también donde conoció a músicos como Joaquín Turina, ampliando sus horizontes creativos.
En 1925, Oreste Camarca se instaló definitivamente en Soria junto a su padrino, nombrado arquitecto municipal. Lo que debía ser una etapa transitoria se convirtió en el inicio de una conexión profunda y duradera. Soria, con sus paisajes sobrios, inviernos duros y atmósfera silenciosa, caló hondo en su espíritu. Camarca descubrió en ella una fuente constante de inspiración, reflejada en muchas de sus obras.
Tras la muerte de su padrino en 1933, Oreste eligió permanecer en la ciudad. Ese acto de lealtad se convirtió en una decisión vital: Soria sería su casa y su misión. En 1934, vivió uno de los momentos más importantes de su carrera con el estreno en el Círculo de Bellas Artes de Madrid de dos de sus obras más reconocidas: el Cuarteto en fa menor con coro y el Sexteto en si menor con coro, este último inspirado en los paisajes sorianos.
Ese mismo año compuso el Himno a San Saturio, con letra de Ulpiano Vera, que desde entonces acompaña las festividades del patrón de Soria y se ha consolidado como símbolo musical de la ciudad.
Su labor como docente y promotor musical fue incansable. En 1941 fundó la Escuela de Música de Soria, ubicada en el Palacio de los Condes de Gómara, donde formó a cientos de jóvenes. También enseñó en el Instituto Antonio Machado y en centros como el Hogar Infantil y el Colegio del Sagrado Corazón, donde dirigió coros premiados en certámenes escolares. Además, ofrecía clases particulares en su domicilio, primero en la calle Numancia y luego en la calle Doctrina, siendo durante años el único profesor de música en activo de la ciudad.
En lo personal, mantuvo durante años correspondencia con su sobrina Guglielmina Ricci ("Mimina"), que vivía en Italia. En 1946, Mimina decidió trasladarse a Soria para cuidar de su tío. Dos años más tarde, el 8 de septiembre de 1948, contrajeron matrimonio, en parte motivados por las convenciones sociales de la época. Mimina se convirtió en su compañera inseparable, colaborando con él en la enseñanza y compartiendo una vida sencilla y volcada en la cultura.
A lo largo de su vida, Oreste compuso numerosos himnos, cantos religiosos, piezas corales e instrumentales, todas ellas marcadas por un estilo sobrio y emotivo. Sus obras se encuentran íntimamente ligadas a la identidad soriana, y su legado como formador se refleja en las muchas generaciones de músicos que surgieron bajo su tutela.
Falleció el 8 de septiembre de 1992, a los 96 años. En su funeral, la Banda Municipal interpretó el Himno a San Saturio al sacar su féretro de la iglesia de Santa María la Mayor: un acto simbólico que cerraba una vida entregada a la música y a Soria. Su cuerpo descansa en el cementerio de El Espino, pero su recuerdo perdura en partituras, en aulas y en el alma cultural de la ciudad.
Su figura ha sido reconocida en múltiples ocasiones: en vida, con homenajes del Ayuntamiento; después de su muerte, con la dedicatoria de una calle y, en 1999, con la designación oficial del Conservatorio Profesional de Música "Oreste Camarca" de Soria. En 2025, coincidiendo con el centenario de su llegada a la ciudad, se celebra la primera edición del Concurso de Interpretación y Composición Oreste Camarca, con el objetivo de mantener viva su memoria entre nuevas generaciones.
La responsabilidad sobre los contenidos de esta web corresponde a sus autores. Igualmente este sitio web podría incluir enlaces a páginas externas respecto de las cuales se declina toda responsabilidad.
Los usuarios pueden dirigirse al correo electrónico del Centro Educativo para comunicar la inclusión de información que considere ilícita o que atente contra los derechos propios o de terceros.